domingo, 14 de octubre de 2007

Mägo de Oz

Texto sacado de www.magodeoz.com:


A veces, una melodía sirve para esquivar besos, esos besos que lanza el infortunio y que nacen de labios anónimos cosidos con amaneceres a la boca de la vida. Otras veces, una melodía se pone el traje de los domingos y hace que la tristeza tuerza el gesto, que baje la mirada y se vacíe de esa agua salada que llueve cuando se cubre de nubes el cielo del Alma.

Muchas cosas han pasado desde que publicamos Gaia II. Muchas despedidas, más de una lágrima, algún que otro beso bandolero robado al abandono y a la derrota y más de un adiós disfrazado de un “Hasta siempre”. Por eso este disco es una tirita puesta al corazón. A nuestro corazón y a cualquiera que esté enfermo por falta de sonrisas. Cada estribillo, cada violín, cada guitarra dejan que por su lomo se escurran el optimismo y la alegría, hasta dejar un charco de sonrisas para que brindes en esos días en los que la vida parece haberse echado la siesta.


La Ciudad de los Árboles es un disco lleno de armonías ninfómanas, de estrofas canallas, de amoríos de contrabando. Sus canciones huelen a besos furtivos en el rincón de un bar, a whisky barato en compañía de Almas gemelas. Tiene el sabor de la alegría y del olvido, sabe a abrazos fronterizos entre la melancolía y las ganas de vivir... Porque a pesar de todo, necesitamos sonreír, porque a pesar de todo necesitamos canciones para tapar la boca a la tristeza, porque a pesar de todo TODAVIA AMANECE GRATIS.

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